Bajo el enfoque cuantitativo, y si hemos seguido paso por paso el proceso de investigación, es natural que las hipótesis surjan del planteamiento del problema que, como recordamos, se vuelve a evaluar y si es necesario se replantea después de revisar la literatura. Es decir, provienen de la revisión misma de la literatura. Nuestras hipótesis pueden surgir de un postulado de una teoría, del análisis de ésta, de generalizaciones empíricas pertinentes a nuestro problema de investigación y de estudios revisados o antecedentes consultados.
Existe, pues, una relación muy estrecha entre el planteamiento del problema, la revisión de la literatura y las hipótesis. La revisión inicial de la literatura hecha para familiarizarnos con el problema de estudio nos lleva a plantearlo, después revisamos la literatura y afinamos o precisamos el planteamiento, del cual derivamos las hipótesis. Al formular las hipótesis volvemos a evaluar nuestro planteamiento del problema.
Recordemos que los objetivos y las preguntas de investigación son susceptibles de reafirmarse o mejorarse durante el desarrollo del estudio. Asimismo, durante el proceso quizá se nos ocurran otras hipótesis que no estaban contempladas en el planteamiento original, producto de nuevas reflexiones, ideas o experiencias; discusiones con profesores, colegas o expertos en el área; e, incluso, "de analogías, mediante el descubrimiento de semejanzas entre la información referida a otros contextos y la que se posee para la realidad del objeto de estudio" (Rojas, 2001, p. 95). Este último caso ha ocurrido varias veces en las ciencias sociales. Por ejemplo, algunas hipótesis en el área de la comunicación no verbal sobre el manejo de la territorialidad humana surgieron de estudios sobre este tema pero en animales; algunas concepciones de la teoría del
campo o psicología topológica (cuyo principal exponente fue Kurt Lewin) tienen antecedentes en la teoría del comportamiento de los campos electromagnéticos. La teoría Galileo, propuesta por Joseph Woelfel y Edward L. Fink (1980) para medir el proceso de la comunicación, tiene orígenes importantes en la física y otras ciencias exactas (las dinámicas del "yo" se apoyan en nociones del álgebra de vectores). Selltiz,et
al. (1980, pp. 54-55), al hablar de las fuentes de donde surgen las hipótesis, escriben:
determinar la naturaleza de la contribución de la investigación en el cuerpo
general de conocimientos. Una hipótesis que simplemente emana de la
intuición o de una sospecha puede hacer finalmente una importante
contribución a la ciencia. Sin embargo, si solamente ha sido comprobada en
un estudio, existen dos limitaciones con respecto a su utilidad. Primero
no hay seguridad de que las relaciones entre dos variables halladas en
un determinado estudio serán encontradas en otros estudios [...] En
segundo lugar, una hipótesis basada simplemente en una sospecha no es
propicia a ser relacionada con otro conocimiento o teoría. Así pues, los
hallazgo de un estudio basados en tales hipótesis no tienen una clara conexión
con el amplio cuerpo de conocimientos de la ciencia social. Pueden
suscitar cuestiones interesantes, pueden estimular posteriores
investigaciones, e incluso pueden ser integradas más tarde en una teoría
explicatoria. Pero, a menos que tales avances tengan lugar, tienen
muchas probabilidades de quedar como trozos aislados de información.
Bibliografia:
Roberto Hernández Sampieri; Carlos Fernández Collado y Pilar Baptista Lucio. Metodología de la Investigación. McGraw-Hill Interamericana. México, D. F.Tercera edición:2003.
exelente
ResponderEliminarregular
ResponderEliminarLa hipótesis surge del supuesto que generamos al observar un fenómeno, pero para llegar a la definitiva también es de acuerdo al estudio de campo que se realice, por ejemplo encuestas, entrevistas, etc. de eso se desprenderá la hipótesis final
ResponderEliminarexelente
ResponderEliminarhnhnn
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