Con lo dicho hasta aquí tenemos ya los elementos fundamentales para establecer aquello que constituye la investigación social.
Cuando la investigación –cuyos netas características hemos explicado– se aplica al ámbito de «lo social», se habla de investigación social. El uso del adjetivo «social» presupone la distinción entre diferentes tipos de ciencias: la más conocida es la clásica diferencia entre ciencias del espíritu (entre las cuales estarían las ciencias sociales) y las ciencias de la naturaleza. Otros, en cambio, destacan el hecho desde el punto de
vista lógico: la investigación científica no tiene diferencias sustanciales cualquiera que sea el ámbito de aplicación, pero se admite que las diferencias se dan a nivel ontológico. Con esto se quiere decir que no hay
diferencias metodológicas radicales sino diferencias que provienen del objeto. El tema es controvertido, y no es éste el lugar para su dilucidación, pero es oportuno tener conocimiento –para no caer en simplificaciones–
de que existe una serie de cuestiones que subyacen en relación a este tema o problemática.
Soslayando el debate en torno a la cuestión, podemos decir resumidamente que: la investigación social es el proceso que, utilizando el método científico, permite obtener nuevos conocimientos en el campo de la realidad social (investigación pura) o bien estudiar una situación para diagnosticar necesidades y problemas a efectos de aplicar los conocimientos con fines prácticos (investigación aplicada).
Si realizamos una aproximación histórica al estudio de «lo social» podemos observar que se trata de un fenómeno de muy vieja data. Nos podemos remontar hasta Platón. Pero la investigación social, tal como se entiende hoy, es un hecho reciente: se perfila o esboza en Europa durante el siglo XIX, toma características bien definidas en la década del 20 de este siglo y adquiere su mayor desarrollo a partir de los años 40. La vieja tradición griega de estudio de lo social –que es fundamentalmente filosófica, y desde el medioevo también teológica– va adquiriendo una nueva modalidad bajo la influencia de la investigación empírica iniciada en el siglo XVIII en el campo de las ciencias físico-naturales.
Ahora bien, «los primeros en emplear el método científico en las ciencias sociales fueron los economistas, hace de esto más de un siglo. Los economistas científicos, tales como Marx, Cournot y Walras, lejos de limitarse a juntar datos o enunciar hipótesis especulativas, formularon modelos precisos, recogieron datos relevantes a dichos modelos y formularon predicciones que, a la larga, permitieron evaluar dichos modelos» (1).
Con las encuestas de Le Play, los estudios sobre la pobreza de Booth y las monografías de las Royal Commissions (utilizadas ampliamente por Marx y Engels), se inician las investigaciones empíricas que hoy llamaríamos sociológicas. Todo este proceso investigativo, iniciado en Europa en el siglo XIX, culmina en los años 40 con el gran impulso y desarrollo que adquiere la investigación social en los Estados Unidos; aun cuando sean muy discutibles sus marcos teóricos referenciales, realizan un gran avance en procedimientosoperativos. En la década del 50 la investigación social adquiere importancia en los países de Europa Occidental y en la década del 60 tiene una cierta significación en América Latina. Más recientemente, en los países del bloque socialista (URSS y Europa Oriental) se va otorgando creciente importancia a las técnicas de investigación.
Actualmente podemos decir que la investigación social es una realidad, «está ahí», es algo que «se hace» y, aun cuando quede todavía un largo camino por recorrer, hoy existe un volumen de investigación social significativo.
Pero, si bien la investigación social es hoy una realidad, lo es como parte de otra más amplia: las Ciencias Sociales. Con relación a ellas y a sus aspectos implicados en la metodología podríamos hacer una gran diversidad de consideraciones, pero nos vamos a ceñir a un aspecto que luego nos ayudará a comprender otras formulaciones que haremos a lo largo de este libro.
Hasta hace muy pocos años –y en algunas corrientes de pensamiento todavía hoy– las ciencias sociales consideran dos aspectos como cuestiones que les son propias: lo empírico y lo teórico. Las Ciencias Sociales han pretendido ser a-valorativas, a-ideológicas y a-políticas. Hoy, de algún modo y en algunas corrientes, se incorpora la dimensión axiológica. De ahí que, en toda Ciencia Social, podamos considerar tres aspectos:
∗ lo empírico ……….. (observado …. no observado)
∗ lo teórico .………….. (previsto ……. no previsto)
∗ lo axiológico ……….. (deseado ……. rechazado)
Ninguno de estos aspectos es ajeno o extraño a la investigación social: lo empírico es lo estudiado en una investigación en concreto, lo teórico sirve como marco referencial de la investigación y lo axiológico está subyacente, ya sea como criterio de selección de lo que se estudia o como supuesto metateórico de la teoría.
Bibliografía
Ezequiel Ander-Egg Técnicas de Investigación Social.Editorial LUMEN. 24.a edición Buenos Aires, 1995
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